Difícil cambiar los hechos antes de cambiar el discurso, Ricardo Peláez ha puesto la piedra fundacional de su gestión en el Club Deportivo Guadalajara apelando a que en adelante ya no se hablará de descenso sino de títulos.
Sin duda, eso corresponde a esa institución, a lo que representa para el país, a los millones de devotos que le rinden pleitesía y últimamente sólo le lloran, al pasado glorioso que acarrea y a menudo luce remoto en el espejo retrovisor.