Por Alberto Lati, 30 de Octubre, 2018
La vida resumida en una sala de espejos: cada quién ha de escoger ante cual se prefiere reflejar. Imposible culpar a las malas influencias, cuando detrás de su imitación ha estado quien las eligió.
Imaginemos lo que pasa por la mente del todavía adolescente Kylian Mbappé. Ya disfruta de un contrato que le garantiza más dinero que el que jamás podrá gastar, ya es campeón del mundo, ya ha sido comprado por el segundo monto más alto que se haya pagado por un futbolista, ya dispone de niveles de fama y celebridad insospechados.