Por Alberto Lati 14 de marzo, 2016
Tan imperativo como desenmascarar a los atletas dopados, como detectarlos y castigarlos, lo es no difamar, no desatar una cacería de brujas sólo sustentada en rumores o intuiciones, no acusar sin pruebas.
Tan imperativo como desenmascarar a los atletas dopados, como detectarlos y castigarlos, lo es no difamar, no desatar una cacería de brujas sólo sustentada en rumores o intuiciones, no acusar sin pruebas.