Por Alberto Lati Agosto 08, 2014
El equipo que aparentemente pagaba lo que fuera por quien quisiera, el jeque que eludía toda respuesta negativa con un jugoso cheque, de pronto ha paralizado el mercado veraniego.
Como el Chelsea recién comprado por Roman Abramovich o el Manchester City de los primeros momentos de la familia real de Abu Dabi, el París Saint Germain pasó dos veranos desprendiéndose de los millones necesarios a fin de contratar al futbolista que le viniera en gana.