Por Alberto Lati 30 de marzo, 2016
La Ruta de la Seda solía comenzar en Sian. Desde tiempos remotos, las más preciadas mercancías salían de ese punto hacia el oeste, años en que toda mujer europea que pretendiera elegancia debía de ataviarse con esas suaves telas. Es la misma Sian (también escrita Xi´an y que puede traducirse como “Paz Occidental”) que exhibe a los imponentes Guerreros de Terracota.