Por Alberto Lati 05 de julio, 2016
Ni el futbol es la prioridad ni puede serlo.
Sí, tiene capacidad para inspirar a una sociedad, para unir a un pueblo, para alejar a la juventud de determinados males o vicios, pero de ninguna forma puede absorber fondos públicos. O no, al menos, tratándose de clubes que facturan tantos millones de dólares, equipos que si se han metido en problemas económicos, ha sido por malas administraciones, por gastar más de lo que tienen o por mera codicia.