Por Alberto Lati 14 de septiembre, 2016
Que no hay mudanza fácil, lo sabe hoy una de las aficiones más fieles de las islas británicas. Ni siquiera cuando se trata de desplazarse a un sitio más cómodo, privilegiado o moderno; se modifican rutinas seguidas de manera casi inconsciente, se alteran rituales que se consideraban intocables, se abandonan prácticas heredadas de algún antecesor y visualizadas para la eternidad.