Por Alberto Lati 29 de noviembre, 2016
Algún manual tendrá que dictar los pasos a seguir cuando se avanza una ronda a manos del acérrimo rival; algún manual cuyo punto medular sea “no festejarás antes de alzar un trofeo”.
Tanto celebró el equipo de Matías Almeyda el triunfo en penales en la semifinal copera (recuerdo a Alan Pulido tan ocupado en lo ajeno, “les arruinamos el centenario”, y a Jorge Vergara tan creativo, “sin Copa y sin copia”), que desde entonces fue diluyéndose en todo: en capacidad futbolística e intensidad, en creación e intención.