Por Alberto Lati 09 de enero, 2017
Ser el máximo goleador tanto en la historia de una selección como del club más laureado de un país tendría que bastar para algo más que un sitio en la inmortalidad.
Ser el máximo goleador tanto en la historia de una selección como del club más laureado de un país tendría que bastar para algo más que un sitio en la inmortalidad.