Por Alberto Lati 27 de febrero, 2017
Toca, toca, toca. Oxigena, libera, reorienta. Recupera, aprieta, pelea. Da circulación, genera amplitud, abre espacios. Más lo vemos en la liga española y menos lo entendemos: que un futbolista con la calidad y tan atípicas condiciones como las que exhibe Jonathan Dos Santos, jamás ha sido pilar de la Selección Mexicana; incluso, son pocos los partidos relevantes en los que se le ha confiado la titularidad.