Por Alberto Lati, 14 de febrero, 2018
“Significa mucho para mí el poder ganar en el lugar del que es mi familia”, explicó a la prensa Chloe Kim, con acento marcadamente californiano y mientras se comía un helado de vainilla.
Por supuesto, no portaba en el uniforme la imagen de la Estatua de la Libertad o el Tío Sam que, no con poca polémica, algunas jugadoras estadounidenses de hockey sobre hielo han añadido a su casco. En todo caso, ninguna falta hacía para mostrar su total integración al país en el que nació, como segunda generación de inmigrantes.