Por Alberto Lati, 19 de abril, 2018
En el futbol mexicano, ya se sabe, nada más relativo y flexible que las leyes.
Todo reglamento escrito está sujeto a revisión y ajuste según la necesidad, según la circunstancia. No así una norma de carácter oral, esa sí respetada a rajatabla desde que fuera acuñada bajo el nombre “Pacto de Caballeros”.