Por Alberto Lati, 18 de Julio, 2018
Por supuesto, y sólo por si hace falta colocar esto en perspectiva, lo de estos Diablos Rojos no representa ni remotamente una revolución, como lo de sus vecinos naranjas sin duda lo fue cuatro décadas atrás: no es lo mismo influir que determinar, inspirar que reinventar, flexibilizar los cimientos que dinamitarlos y, en otro orden, reinstalarlos, amplia distancia entre un fenómeno y otro.