Por Alberto Lati, 01 de Octubre, 2018
Los jugadores todavía no habían brincado a la cancha para otro derbi del Ruhr y, a mi lado, un señor tan corpulento como bigotón asentía al consultar su medidor de decibeles: sí, otro récord. Los cantos en el entonces llamado WestfalenStadion de Dortmund (actual Signal Iduna Park), alcanzaban un nivel de estruendo como para confirmar el orgulloso apodo de Fußball-Oper o Casa de la ópera del futbol.