Por Alberto Lati, 03 de Octubre, 2018
La terapia, cuyos efectos tenían que haber durado por lo menos diez meses, hasta acabar esta temporada y finalmente contratar a un galáctico con aspiraciones de llenar el vacío dejado por Cristiano Ronaldo, ni siquiera ha alcanzado para 50 días.
El Real Madrid, tan habituado en el pasado reciente a anotar a cada partido, tan rescatado por la puntería del portugués, tan impregnado de su gen ganador (o estrella, o hechizo, o como queramos llamarle), empieza a contar por centenas sus minutos sin gol.