Por Alberto Lati, 27 de Septiembre, 2018
Por mucho tiempo a José Mourinho se le permitieron cuantos exabruptos deseara: si señalaba públicamente a alguno de sus jugadores, si reñía con la prensa, si provocaba al rival, si atacaba a integrantes de su directiva, si ofendía a los árbitros, si recurría a pretextos propios de las mentes más paranoides…, todo se le toleró y hasta se intuyó como parte de su metodología, mientras estuvo soportado por títulos.