Cuando dos países distanciados y enemistados comparten una pasión deportiva, acaso hay remedio.
Vaso comunicante sin igual, en su momento Estados Unidos se acercó a China a través del tenis de mesa (la llamada Ping-Pong Diplomacy desatada en 1971), como recientemente Turquía y Armenia buscaron reducir sus tensiones con el balón de por medio (en turco, la Futbol Diplomasi) o como desde la administración Obama Estados Unidos y Cuba intentaron aparcar sus diferencias desde un diamante y con pelota caliente volando al home.