Por Alberto Lati 10 octubre, 2014
Lo que parecía una mala racha acaso más bien sea una nueva y cruda realidad: que la selección que inspiró, dominó, emocionó, arrasó y cautivó entre 2008 y 2013, hoy es derrotable casi por cualquiera. Si Roma cayó o, en términos deportivos, si Muhammad Ali conoció la lona, tampoco sería para extrañarnos, aunque ese mismo semblante de Cassius Clay al descubrir lo que se siente caer y no poder levantarse (o supongo que de los romanos al haber visto tanta grandeza destruida), figura hoy en el otrora hegemónico once de rojo.