Por Alberto Lati, 06 de noviembre, 2017
Lo sabe un inmigrante, lo sabe un equipo: mudarse de casa no siempre representa haberse mudado de hogar.
Para lo primero basta con un cambio físico, con aventar al camión o maleta los enseres personales, con desplazarse y ya dormir (o, en el futbol, jugar) en una nueva morada. Para lo segundo, hay resistencias que hacen todo más complicado.