Por Alberto Lati, 20 de marzo, 2018
Un solo orgullo supera en el rugby al de ver al equipo propio coronándose: el de pertenecer a una tribu deportiva opuesta en sus valores a buena parte de la que sigue el futbol; tribu obstinada en el respeto al rival, honestidad de las reglas, integridad de comportamiento, estoicismo ante la adversidad, no priorizar por encima de todo la victoria.