Por Alberto Lati, 22 de mayo, 2018
En el futbol, como en la política, no es tan sencilla la administración de la abundancia.
Por supuesto, todo seleccionador, como todo estadista, prefiere el quebradero de cabeza de gestionar lo que sobra, mucho antes que los pesares consecuentes de hacer rendir lo que falta o, de plano, no alcanza. Sin embargo, en ese caso la exposición a una emboscada mediática resulta mucho mayor por una razón: elegir se traduce en voluntariamente prescindir.