Por Alberto Lati, 18 de abril, 2018
Con la técnica más dolorida, desgarbada, inusual, zancada a zancada como si el cuerpo protestara por el suplicio de estar corriendo, se consumó la mayor gesta de la historia olímpica: que un mismo atleta conquistara en unos Juegos los 5 mil y 10 mil metros, así como la maratón.